> Limpieza: No se da una deposición de materiales sobre la superficie metálica (Tecnología Limpia);
> No requiere procesos de limpieza posterior (no es necesario utilizar solventes orgánicos tóxicos);
> Las piezas metálicas tienen un buen aspecto visual tras el almacenamiento y transporte: listas para la utilización;
> Simplicidad de aplicación: flexibilidad;
> Ofrece resistencia química y mecánica;
> Bajo costo: se reduce el número de fases en los procesos de embalaje y desembalaje del material metálico;
> No supone un riesgo para la salud de las personas que lo manipulan ni para el medio ambiente, favoreciendo los procesos denominados como “limpios”;
> Biodegradable, prácticamente atóxico y muchos de los productos son reciclables.